jueves, 25 de febrero de 2010

Johnny Cash: "American recordings" (1994)




Con American Recordings el bueno de Johnny empieza una saga donde se centrará mayoritariamente en versiones y colaboraciones con otros músicos. En este disco aparecen canciones de Kris Kristofferson, Leonard Cohen o Tom Waits entre otros, en los siguientes de la saga lo hará sobre autores tan diversos como Depeche Mode, Nine Inch Nails o Alice in Chains. Lo importante es el resurgir de Cash con este trabajo a mediados de los noventa y el darse a conocer a un nuevo público ávido de artistas alejados de la zona más comercial. Dentro, sólo espera su voz y la guitarra. Algo tiene ya de especial desde esa inquietante portada, hipnotizado por el retrato gótico de J.Cash no puedo apartar la mirada, y él me la devuelve, un ángel negro con su cancerbero que espera pacientemente mi muerte... un escalofrío me estremece la columna que se repite cuando suenan los primeros ecos de su guitarra y junto con su vocalización cavernosa altera mis puntos sensoriales menos susceptibles de ser enervados. Toda una vida parecen recrear estos trece temas, trágicos en su mayor parte pero afrontados con madurez. Nos canta los secretos oscuros que no nos atrevemos a reconocer sobre nosotros mismos, el dolor que podemos provocar en los demás, el suyo propio... Ahora ya no es tan oscura la portada, es Johnny Cash soportando nuestros pecados, el guardián entre el centeno con el cielo detrás. Bienvenido al purgatorio.

jueves, 18 de febrero de 2010

ARKTAU EOS




Vivimos una época de saturación a nivel musical en la que nuestros sentidos se encuentran desbordados por tantos discos que aparecen y desaparecen ante nosotros. Muchos de estos discos se nos escurren como agua entre los dedos, sin más. La mayoría de personas los consumen ávidamente como un producto de entretenimiento perecedero, olvidando el orígen mágico y sagrado de la música. Para muchos es un simple proceso consistente en apretar el “play” y después el “eject”, el lapso de tiempo que transcurre en el medio simplemente una excusa para pasar el rato o no aburrirse. Ya casi nadie usa la música con fines mágicos, terapéuticos, como hacían los chamanes, como algo que puede afectar profundamente al oyente y transformarlo, como una herramienta al servicio de nuestro viaje interior y nuestro desarrollo espiritual. Por eso es tan de agradecer el trabajo de un grupo como Arktau Eos, un dúo finlandés de música ritual que desde 2005 viene fraguando una obra que va mucho más allá de lo estrictamente musical para adentrarse en terrenos poco frecuentados en Occidente, explorando frecuencias mágico-sonoras en busca de nuevas y elevadas cotas espirituales.

Grabando en parajes perdidos e inhóspitos de su Finlandia natal, el dúo, siempre rodeado de un aura de misterio y secretismo, recoge sus documentos sonoros para después moldearlos en su estudio-laboratorio, utilizando siempre tecnología analógica para así obtener un sonido más orgánico, cálido y vivo, muy lejos de la frialdad digital que domina gran parte de la música actual. Los sonidos fluyen con naturalidad de una composición a otra, navegando en atmósferas resonantes de eco y reverb, acolchados con drones profundos y frecuencias hipnóticas, acompañados de cantos y plegarias en éxtasis. Sonidos arcanos que estimulan la mente y nos sumergen en paisajes oníricos e irreales, muy lejos en nuestro interior.

Una música que, en las condiciones adecuadas, puede llegar a afectar profundamente al oyente debido a su naturaleza místico-mágica y a la calidad psico-acústica de sus sonidos y vibraciones, intentando alcanzar zonas ocultas de nuestro ser no sólo a través del oído sino también buscando otros canales de comunicación más misteriosos. Para ello, su música requiere atención, soledad, devoción inquebrantable y capacidad de sacrificio, un esfuerzo que, después de numerosas escuchas, trae siempre consigo una recompensa a nivel espiritual. Y es que cada nueva escucha de sus discos siempre es diferente, las composiciones se van transformando y ofrecen nuevas visiones, vibraciones, esencias y aromas, creciendo en nuestro interior. Obviamente, el papel de la intuición y el subconsciente de cada oyente es también fundamental, ya que Arktau Eos canaliza su energía a través de elementos que no son los habituales en el mundo de la música, y esto ya depende de hasta dónde quiera llegar cada oyente y de la predisposición de cada persona.

El dúo cuida hasta el mínimo detalle cada uno de sus discos (ediciones limitadas a cargo del sello Aural Hypnox), tanto la música como la presentación, tomando parte en diferentes rituales antes, durante y después de cada grabación, reflejando en su música las diversas experiencias y viajes que sus miembros han vivido en los últimos años, sumergiendo así su obra en un halo místico que trasciende las fronteras de la música en sí.

Arktau Eos utiliza una variada instrumentación de carácter acústico en su mayoría: madera, huesos animales y humanos, metales, agua, flautas, gongs, diversos instrumentos de cuerda y otros instrumentos llegados tanto de Oriente como de Occidente, ya sea auténticos o fabricados por ellos mismos, todo ello complementado por el harmonium y órganos vintage, lo cual no deja de ser sorprendente porque al escuchar sus discos la variedad de sonidos que crean es riquísima: drones, pasajes ambientales, espirales sonoras, mantras, repeticiones hipnóticas, exploraciones electro-acústicas, cantos rituales, atmósferas contemplativas y serenas, pero espectrales y perturbadoras al mismo tiempo.

Música ideal para ejercicios de meditación trascendental, para el viaje interior y la exploración de zonas desconocidas en nuestro ser. Música tremendamente oscura, pero nunca opresiva sino todo lo contrario, hermosa y catártica, todo depende de la predisposición del oyente, cada persona encontrará en esta música aquello que lleve dentro, ya sea en la superficie o escondido en las profundidades del subconsciente y el olvido. Mucha gente puede rechazar esta música por ser excesivamente hermética y oscura, pero el grupo atribuye estas reacciones a la ignorancia y el miedo, a no tener la capacidad y el valor de cerrar los ojos, mirar hacia dentro de uno mismo y ver todo aquello que no siempre es agradable de ver, nuestra realidad interior.

Discografía:
“Mirrorion” (2006)
“Scorpion Milk” (2006)
“Ai Ma Ra” (2009)

miércoles, 10 de febrero de 2010

AMON DÜÜL 2: "Tanz Der Lemminge" (1971)




Una reseña de Blackdecker.

Otra demostración de poder de los alemanes. Una fuerza de la naturaleza liberada del folk y el kraut hermanados, exprimiendo belleza a cada canción. Narración pura y dura al estilo de los 70's. Qué lejos quedan, pero que hermosamente cercanos. Les pierde la extensión de las canciones, en ese intento por rizar el rizo, pero cortadas a trozos respiran ligeras casi como retratos pop. Sí, suenan añejos a la que pones la oreja. Canosos, pero nunca respiran con dificultad asmática como en otros casos. La fantasía añadida a sus composiciones puede envejecerles de un plumazo o mantener tersa su piel. Mi gusto apunta al segundo caso. Saltan danzarines, juegan con las orejas, con las pocas neuronas supervivientes. Te abren a aquel mundo en ocre tecnicolor de hace unas décadas, sin dejar de tocarse con las nueva generaciones tecnológicas. Demandando para ellos reconocimiento y para los nuevos menos copy paste y más condumio acústico. Recomendeibol.

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