viernes, 30 de enero de 2009

DISHAMMER: Vintage addiction (2008)



Hace aproximadamente un par de años estuve en un concierto de Moho y al final del bolo me quedé un rato a hablar con ellos. Hablamos, por supuesto, de la pasión común por los riffs primigenios de Black Sabbath, Sleep, Electric Wizard, Eyehategod y compañía, pero recuerdo que también les expresé mi respeto por la reivindicación que hacían del black metal “old school” de los primeros 80, algo que se percibe claramente en su música (versión de “Into the crypt of rays” de Celtic Frost incluida). Y recuerdo que me dijeron que si me gustaba esa onda debería investigar en otro proyecto en el que andaban metidos, llamado Dishammer. Por aquella época no tenían nada grabado aparte de alguna maqueta en plan casero, así que tuve que esperar e ir escuchando temas en su myspace hasta por fin conseguir su debut discográfico de 2008 titulado “Vintage addiction”. El artefacto es, efectivamente, una salvajada de disco que combina los sonidos más guarros y sucios de los grupos black antiguos (Venom, Bathory, Hellhammer, Celtic Frost), el sonido rockanrolero, vicioso y corrosivo de Motorhead, la intensidad del crust y el hardcore más salvaje y cochino (Extreme Noise Terror, Discharge, Doom, Amebix), una actitud muy punk, una estética satánico-pornográfica-bizarra setentera y una potencia sónica apabullante, bestial.

Dishammer es un grupo formado por gente con amplia experiencia en diversos grupos extremos del underground español como Looking for an answer, Disnation, Moho y Machetazo, y se dedican a re-visitar y poner al día a grupos míticos de los primeros 80 como los anteriormente mencionados, consiguiendo una excitante mezcla de thrash-black-punk-crust-rock'n'roll absolutamente “old school”, con un sonido ultra-brutal, directo, denso, perfectamente engrasado, dominado por riffs crujientes, pegajosos, avasalladores, perversos y peligrosamente adictivos. Su rechazo a estilos musicales actuales y a modas pasajeras es absoluto, todo está hecho mirando hacia el pasado y con un enfoque a la antigua usanza: “Give me vintage or give me death”.

Además se nota que se lo pasan de puta madre tocando, y esa es la sensación que transmiten al oyente: hay ganas de diversión y de cachondeo (basta con echarle un vistazo a “los 13 mandamientos de Dishammer” para corroborar esto). De hecho, su obsesión satánico-ocultista responde a una actitud desenfadada y gamberra, no van de duros ni de peligrosos en absoluto, sino que lo que quieren es machacar sus temas una y otra vez y arrodillarse ante el altar del “d-beat” y de los riffs viciosos, obscenos y oscuros.

Así pues, no me queda más remedio que ponerme mi camiseta de Motorhead, empezar a dar cabezazos al aire, levantar el puño y, mientras este ruido viscoso y caliente fluye por los altavoces, esperar la llegada del anticristo y presenciar con una sonrisa en la boca el final de la raza humana.

martes, 20 de enero de 2009

Voodoo Muzak



“Mambient” es un trabajo clave dentro de la fascinante discografía de los franceses Voodoo Muzak, uno de los más interesantes proyectos del rock experimental europeo de los últimos años. Desde finales de los 80 el grupo ha ido mutando a través de diversas formaciones y giros estilísticos, desde el enfoque más noise, salvaje y primitivo de sus primeros trabajos como “Blunt” (1991) o el disco compartido con RWA (1992) hasta los sonidos más cercanos al post-rock tribal de vanguardia como este “Mambient” (1999) o “Brouillarta” (2002).

Grabado como cuarteto (dos baterías y dos bajistas, además de samples), “Mambient” ofrece un espectacular despliegue percusivo y una colección de ritmos altamente complejos pero con pegada y “groove”. Este es un factor esencial que les diferencia de la mayoría de grupos de la escena post-rock y similares: Voodoo Muzak no suenan fríos ni distantes sino que su música tiene fuerza, suena viva y orgánica, sus ritmos en constante movimiento enganchan, sus enrevesados “grooves” y ritmos matemáticos suenan fluidos, viciosos, calientes e incluso bailables (eso sí, en pleno ataque de epilepsia). En los cuatro temas que componen “Mambient” (todos ellos sin título, como es habitual en sus discos) las líneas melódicas, repetitivas e insistentes, avanzan angustiosamente mientras se estrangulan mutuamente sobre una densa y acolchada base de doble bajo y estructuras percusivas sincopadas que nos conducen a través de laberínticos pasillos que apenas dejan entrever la luz. Juegos malabares con cóckteles Molotov. Trapecismo sobre alambre de púas.

El abanico de estilos que abarca el grupo es considerable: desde el post-rock calculado al milímetro hasta el jazz, pasando por las músicas tribales, el funk degenerado, el drum and bass psicótico, el ambient más enfermizo (illbient), la música electrónica inquietante y enigmática... Los sonidos que fluyen por los altavoces traen ecos de los primeros Tortoise pero más oscuros, de This Heat y sus experimentos más radicales (como “24 track loop”), los sonidos abstractos y cerebrales de Brise-Glace (un increíble pero poco conocido proyecto de Jim O'Rourke), las repeticiones obsesivas de Can, el músculo y sudor del “Bitches Brew” de Miles Davis, todo ello empapado en una atmósfera nocturna, opresiva y febril, ideal para las asfixiantes noches de insomnio en el verano.

En definitiva, un nombre que es parte fundamental del rock de vanguardia europeo, un grupo admirable tanto a nivel musical como extra-musical (su labor con la discográfica Amanita, creada por Stephan Krueger, uno de los integrantes del grupo, es digna de admiración), y un disco, “Mambient”, que es una pieza fundamental para resolver este rompecabezas sonoro llamado Voodoo Muzak.

jueves, 15 de enero de 2009

IGGY POP & THE STOOGES- Raw Power (1973)




FILIP MARLOU (Detective público)



¡ Sonido pegajoso del infierno !, desde que he puesto el jodido vinilo no me deja concentrarme en el caso del asesinato del brujo Croulei. Solo tengo esa mierda de nota como pista : “Death Trip”(Viaje de muerte). Estaba seguro que la marisma de suciedad sonora formaría un único ser con la realidad de mi despacho y me permitiría concentrarme, pero a diferencia de los anteriores discos la suciedad suena glamurosa, con estilo, seguro que la culpa la tiene el amanerado ese de Bowie con su producción. En fin, cambiaremos de tercio ( voy a la nevera y cojo otra cerveza) . Me detengo un momento delante del frigorífico , doy golpecitos con el pie y movimientos algo espasmódicos con mi cabeza siguiendo el ritmo... ... Uf , el disco terminó y yo aún sigo sin concentrarme, cojo el vinilo con mis manos y leo los títulos de las canciones : “Search and destroy”, “Your Pretty Face Is Going to Hell”, “Penetration” y ... ¡ “Death Trip”! . Una doble lucecita se enciende en mi interior, una es el móvil, tengo un mensaje del hospital: Caso resuelto en la autopsia, Croulei se suicidó . Vaya , la nota era una despedida,mierda, me quede sin caso, y yo que ya lo estaba intuyendo gracias a los Stooges...



Iggy Pop Raw Power live



lunes, 12 de enero de 2009

CINEMA OF TRANSGRESSION

A finales de los setenta ,un grupo de inquietos jóvenes heterodoxos entre los que se encuentra Nick Zedd,John Waters ,Richard Kern o Lydia lunch comienzan a filmar películas cortas en super 8 como reacción al establishment y la dificultad de hacer cine. Quizás influidos por el arrojo de Cassavettes o Jack Smith, y en plena época no wave neoyorkina ,se agrupan entorno a un manifiesto y nace el “Cinema of transgression”: va del rollo “hazlo tu mismo”,la estética es lamentable ,porno casero con decorados hechos con cartulinas en apartamentos de perroflautas, aún así el tal Nick Zedd encabezó uno de los frentes cinematográficos de política más radical contra todas las ilusiones de corrección, bienestar y “normalidad”. El movimiento se inaugura con “They eat Scum” de Nick Zedd ,una orgía de canibalismo y
desmembramientos. A esta le sigue una serie de cortos rodados en condiciones precarias como la fascinante “Fingered” (1986) donde aparece una perraza llamada Lung Leg (”Pierna pulmón”, la portada de "Evol" de Sonic Youth es un fotograma de la película), asesinada tras una violación, aunque el tipo tiene pulso para violar después a toda una Lydia Lunch con una pistola. En sus películas ,en realidad, hay un
arduo trabajo para desmantelar y ridiculizar al cine underground de los sesenta,(Brackage,Warhol ...) que ya se había hecho academicista ,a finales de los setenta ya estaban hasta los huevos de lucecitas y rayajos.
Sus películas encarnan toda clase de desviaciones y, desde la fealdad física, hacen del antivalor un valor vigente,(John Waters)... (hoy día legitimado a través
de circuitos alternativos de difusión y consumo). Los lazos con la escena de Nueva York era evidentes: Richard Kern realizó videoclips para Butthole Surfers y Sonic Youth; Lydia Lunch dejó a Nick Zedd por Nick Cave y Beth B infiltra el movimiento punk hasta en la televisión.
Nick Zedd continúa fiel hoy día a su filosofía ,vive en la indigencia y continúa filmando en super 8. Hace unos años , hizo correr el rumor de que había muerto
y desapareció, parece que Tarantino ,consumidor de “Cinema of transgression” homenajeó a Nick en "Pulp fiction" ; Zedd, el policia rarito, le da un repaso al amigo Marcellus Wallace .

lunes, 5 de enero de 2009

EYEHATEGOD




Eyehategod son los proveedores oficiales de misantropía de Nueva Orleans, U.S.A. Formados en 1988 por miembros de diversos grupos hardcore de su zona, el objetivo inicial del quinteto fue destrozar almas, mentes y corazones con una música que combinaba los riffs primigenios de Black Sabbath y Saint Vitus, la densidad de los Melvins, la energía de Black Flag, el sonido arrastrado del doom y la rabia del hardcore y el punk. Todo esto con unos ritmos lentísimos, con una atmósfera oscura y amenazadora y aderezado con una buena dosis de alcohol, drogas, auto-odio, alienación, depresión y violencia. Un sonido peligroso, sórdido, pero muy excitante. Profetas del fin del mundo, abanderados de la degeneración moral de la sociedad, violadores del sueño americano y de todos los sueños en general. Música hecha por marginados sociales para marginados sociales. A esta propuesta sonora se le llamó “sludge”, y Eyehategod fueron los principales exponentes del género junto a sus compatriotas Grief, creando así un estilo que influyó a infinidad de bandas posteriores como Bongzilla, Iron Monkey o Electric Wizard, y ya en España a grupos como Moho o Lords of Bukkake.

A lo largo de sus discos, las guitarras de Jimmy Bower y Brian Patton y su afinación gravísima recogen los ecos de Tony Iommi, Randy Holden y el Hendrix más incendiario, pero llevando su sonido al límite de las bajas frecuencias. Su muralla sónica nos oprime y asfixia a través de unos riffs agónicamente lentos pero cargados de tensión y electricidad. El feedback y los acoples siempre fueron parte fundamental del sonido Eyehategod, elementos a los que recurrieron insistentemente en cada una de sus canciones. Porque además del sonido de los riffs, los guitarristas buscaban constantemente el feedback no como algo accidental sino de manera consciente, como una parte más de la atmósfera electrificada de sus temas. Además de los riffs ralentizados y oscuros el grupo siempre tuvo cierto aire blues e influencias del southern rock, saliéndose de la ortodoxia sludge/doom para adentrarse a veces en ritmos con swing e incluso pegadizos, todo ello empapado en litros de alcohol y sustancias alucinógenas, y sin perder ni un ápice de su brutalidad. La base rítmica suena fluida mientras el batería Joe LaCaze martillea con contundencia en los pasajes lentos y se descontrola en los contados momentos en los que el grupo se acelera y ataca riffs cercanos al hardcore. El vocalista Mike Williams vomita sus textos con rabia mientras supura bilis por la boca y se destroza la garganta sin piedad. Sus gritos, desgarradores y chirriantes, le salen del estómago y a veces de un poco más abajo. No se puede entrar aquí en consideraciones sobre si esto es cantar o no, aquí de lo que se trata es de expresar rabia, odio, frustración, agresividad, y el tío lo hace de manera sincera y convincente. Sus textos, de clara inspiración Bukowskiana, insisten una y otra vez en los mismos temas: soledad, depresión, alcohol, drogas, confusión, miedo, paranoia, angustia, violencia, frustración, asco, auto-destrucción, relaciones fracasadas, aislamiento... Todo ello desde una perspectiva desengañada, irónica y con un sentido del humor negro y políticamente incorrecto.

Eyehategod debutaron en 1992 con “In the name of suffering”, su disco más corrosivo, crudo y brutal. Ya estaban aquí todos los elementos que caracterizaban al grupo, riffs Sabbathianos combinados con la rabia del hardcore, sonido deprimente, mala hostia, atmósfera oscura y sucia, cantidades intolerables de feedback, pero en un estado más primitivo y salvaje que en posteriores trabajos. A destacar temas como “Depress”, “Man is too ignorant to exist” o “Children of god”. La presentación del disco, como siempre ha sido habitual en ellos, estaba muy cuidada: fotografías abundantes de material quirúrgico, operaciones, ejecuciones públicas, indigentes, supervivientes de catástrofes, edificios en ruinas, cuerpos heridos, radiografías, imágenes religiosas descontextualizadas, etc.

Su segundo disco fue “Take as needed for pain”, de 1993, para muchos su mejor álbum. Grabado en el decimotercer piso de unos grandes almacenes abandonados, su sonido es más compacto y denso que en su debut, y las composiciones suenan increiblemente fluidas, conservando su aire viscoso, hostil, opresivo y arrastrado pero con más ecos del southern rock y con algunos riffs setenteros absolutamente gloriosos. Durante la grabación del disco el cantante vivía en la indigencia ya que su novia lo había echado de casa y este se vió obligado a residir en una habitación abandonada y ruinosa encima de un club de strip-tease, lo cual le da un sabor más sórdido a la ya de por sí desgarradora y salvaje interpretación. Títulos como “Sisterfucker”, “Disturbance” o “Crimes against skin” hablan por sí solos.

El tercer trabajo de Eyehategod se publicó en el año 1996 y se titulaba “Dopesick”, esta vez con el capo Bill Anderson a los controles. Más de lo mismo: sludge increiblemente guarro, sucio, violento, agónico, enormes riffs pseudo-southern obscenamente pegadizos y niveles de distorsión y feedback mortales. Las sesiones de grabación fueron caóticas: consumo de alcohol y drogas, todo tipo de accidentes y un comportamiento tan salvaje que los propietarios del estudio llamaron a la discográfica para advertirles que si el grupo no moderaba su actitud les expulsarían de allí y el disco lo terminaría de grabar su puta madre, aunque al final no llegó la sangre al río. Temas como “Ruptured heart theory”, “Non-conductive negative reasoning”, “Lack of almost everything” o “Zero nowhere” son auténticas declaraciones de intenciones.

En 2000 salió el que hasta la fecha es su último disco, “Confederacy of ruined lives”, con un sonido más limpio y pulido en comparación con anteriores trabajos (dentro de lo limpios que pueden sonar Eyehategod) y con un aire todavía más bluesero y southern rock, aunque sin alcanzar el nivel de sus anteriores clásicos. Además de esto el grupo ha editado algunas recopilaciones de singles, rarezas, directos y temas inéditos y sus diversos miembros han colaborado en diversos proyectos interesantes pero que no han llegado a la intensidad de Eyehategod. Mencionar también que el vocalista Mike Williams tuvo serios problemas de adicción a la heroina lo que le condujo incluso a la cárcel durante unos meses en 2005 por posesión ilegal de sustancias estupefacientes. Según parece solucionó su problema tras salir en libertad. Ahora sólo queda esperar y ver cómo evoluciona el grupo después de esta azarosa y caótica existencia, aunque está claro que con ellos la bronca está asegurada.

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