viernes, 30 de septiembre de 2011

INGRAM MARSHALL: "Gradual Requiem"

Sentirse perdido, rodeado de espesa niebla, en la costa de un país desconocido. De vez en cuando la niebla se disipa durante unos segundos y nos deja entrever paisajes oníricos e irreales para después envolvernos una vez más. Me siento confuso pero sin miedo, los sonidos que oigo son inquietantes pero también reconfortantes. Esa es la sensación que producen las composiciones de Ingram Marshall incluídas en este cd editado por el sello New Albion.
Estas tres piezas, compuestas a lo largo de los años 70 y 80, nos ofrecen un ejemplo de la visión creadora de Marshall quien, a pesar de venir del mundo más académico de la música contemporánea, en este disco se mueve en ámbitos más intuitivos cercanos al ambient y a las atmósferas etéreas y misteriosas.
Utilizando piano, sintetizador, gambuh (un tipo de flauta de Bali), instrumentos de viento, mandolina, voces y sonidos pre-grabados, Marshall elabora unos paisajes sonoros melancólicos y de gran belleza, en los que luces y sombras se alternan y metamorfosean de manera fluída en medio de atmósferas rebosantes de eco y delay. El hecho de combinar instrumentos acústicos con otros de origen electrónico le permitió ofrecer una paleta de sonidos mucho más rica y variada para así poder satisfacer sus necesidades creativas. El uso del gambuh le añade a su propuesta estética un sabor todavía más exótico y seductor.
Su música no ofrece melodías, ni ganchos, ni clímax, simplemente está ahí, en pleno equilibrio en el espacio, instalada sobre pulsaciones misteriosas, avanzando en lentas mutaciones a través de texturas sonoras que se van solapando y evolucionando, como un océano en movimiento o un satélite gravitando. De hecho, Marshall definió algunas de sus composiciones como “música contínua”, es decir, que no tiene inicio ni final, sino que existe durante un período de tiempo que podía ser minutos, horas e incluso días. Composiciones aparentemente básicas y sencillas pero que van creciendo con sucesivas escuchas, revelando matices, destellos y sensaciones nuevas así como una riqueza y complejidad interna que las hace únicas.
A nivel visual su música es riquísima: los sonidos y los ecos nos transportan a paisajes desolados y misteriosos envueltos en la niebla, sus texturas tan bien estructuradas nos conmueven profundamente a nivel emocional mientras su pulsación arcáica nos hipnotiza y nos mece, llevándonos al umbral del sueño para después soltarnos la mano y dejarnos proseguir nuestro viaje en solitario.

lunes, 5 de septiembre de 2011

AD LUX TENEBRAE

Hay ocasiones en las que te encuentras con ciertos discos que trascenden los límites de lo puramente musical para adentrarse en terrenos trascendentales y cercanos a las revelaciones místicas. Discos que están fuera del circuito comercial y cuyo objetivo no es el entretenimiento ni el usar y tirar habitual en el mercado discográfico. Es el caso de Ad Lux Tenebrae, un grupo siberiano que lleva unos años participando en rituales secretos que después plasman en sus grabaciones sonoras. El grupo está rodeado de un aura de oscuridad y misterio que hace todavía más hermética su propuesta. Sus discos, disponibles en ediciones limitadas, son prácticamente imposibles de conseguir. Sus miembros se ocultan en el anonimato más absoluto. No hay prácticamente información sobre ellos en internet. No hay fotografías. No hay entrevistas. Y todo esto es debido a que el grupo no quiere entrar en el juego de la industria discográfica ni en las convenciones de la música popular ni seguir los valores de la civilización moderna sino que su trabajo está más cerca de los chamanes y exorcistas de diversas culturas, cuyo objetivo es hacernos alcanzar estados de conciencia superiores y ayudarnos a conseguir un mayor conocimiento de nuestra vida interior.


Ad Lux Tenebrae vienen de la ciudad de Ekaterimburgo, en Siberia, y forman parte de una pequeña pero fascinante escena local de grupos dedicados al dark ambient, al drone ambient y a la música ritual, trabajando con grupos hermanos de su misma ciudad como Velehentor y Closing The Eternity, de los que también hablaremos en este artículo.


El disco más antiguo de Ad Lux Tenebrae que tengo en mi poder fue grabado en el año 2002 junto a otro de los grupos legendarios de la escena siberiana: Velehentor. Se titulaba “Dyatlov´s Pass”, obra maestra del ambient ritual-chamánico que incluía 2 extensas composiciones: primero, un tema de más de una hora de duración a cargo de Velehentor y después otro tema de 46 minutos interpretado por Velehentor y Ad Lux Tenebrae, un verdadero agujero negro en el que los drones ultra-profundos elaborados por las dos formaciones nos llevan en un viaje interior hacia lo más oscuro y recóndito de nuestra alma. Velehentor elabora sus drones subyugantes y expansivos con notas que se mantienen en el aire indefinidamente, mientras que Ad Lux Tenebrae utiliza todo tipo de percusiones (hierros, campanas, gongs) y voces que deben tanto a los cantantes guturales de Mongolia como a los monjes Tibetanos. Atmósfera sobrenatural, fría, desoladora, fiel reflejo de los gélidos paisajes siberianos. Uno de los discos más oscuros, intensos y devastadores de las últimas décadas. Insisto, escuchar este disco es una experiencia que va mucho más allá del simple proceso de escuchar música, es un proceso de hipnosis, trance, descenso a los infiernos y purificación espiritual.


La segunda grabación de la que hablaré es del año 2004 y se titula “Nearby Being”. Se trata de una colaboración entre Ad Lux Tenebrae y su grupo hermano Closing The Eternity. En este disco los dos grupos ofrecen una lección magistral de música ritual, hipnosis, drone, con una atmósfera más etérea y caleidoscópica que el anterior “Dyatlov's Pass” y construyendo riquísimas capas de sonido y paisajes de una belleza inquietante. Todos los drones y atmósferas fueron generados con instrumentos acústicos: hierros, campanas, madera, cuencos tibetanos y diversos objetos fabricados por Ad Lux Tenebrae. Las tres extensas composiciones (cerca de 20 minutos cada una) sirven una vez más para la meditación y el viaje interior. Los sonidos, expansivos y acogedores, ascienden hacia la bóveda celestial y nos dejan al borde de un abismo en el que se sugiere que hay algo más allá. Un disco cuyos efectos a nivel emocional y espiritual se dejan notar de manera sutil pero efectiva, su escucha nos hace diferentes cada vez.


El primer disco en solitario de Ad Lux Tenebrae es del año 2006 y se titula “Sketches From That Autumn”, un trabajo no tan oscuro pero sí tan misterioso como los anteriores. Es un trabajo de carácter más explorador y variado, de naturaleza improvisada. El grupo se fue a los Montes Urales en Siberia, a diversas cabañas abandonadas, bosques, pantanos y ríos, y allí, lejos de la civilización, grabó los temas de este disco, improvisaciones de guitarra acústica, arpa, violín, instrumentos caseros, field recordings de sonidos naturales, grabaciones antiguas de música folk siberiana y cantos chamánicos. Cuando escucho este disco puedo sentir en la distancia las fuerzas primigenias de los bosques y montañas siberianas donde estos temas fueron grabados, su espíritu ascético y su vibración chamánica.


El siguiente trabajo de Ad Lux Tenebrae recopila dos rituales celebrados en 2004 y 2008, y se titula “Zov Predkov”. Es un trabajo de carácter ritual y chamánico, repleto de cantos y voces en trance, percusiones manuales y electrificadas, drones primitivos. Música en estado salvaje, indomable, fuera de la civilización, respirando la pureza de abandonados parajes siberianos. Un disco que suena vivo y orgánico, con momentos de intensidad poderosa y pasajes misteriosos y herméticos. Los aspectos mágicos de estas composiciones, así como su atmósfera ritual, lo hacen ideal para acompañar las sesiones de meditación profunda. Su escucha continuada puede provocar cambios imprevisibles en el interior del oyente.


El último trabajo hasta la fecha de Ad Lux Tenebrae es otra colaboración, de nuevo con Closing The Eternity, se trata de un doble cd grabado en 2005 pero publicado en 2010, y que tiene por título “Skywards The Infinity”, disco que profundiza en su anterior colaboración (“Nearby Being”), es decir, texturas sonoras riquísimas, drones hipnóticos, sonoridades flotantes en el horizonte, dark ambient trascendental.


Esta es hasta ahora la discografía de este fascinante proyecto, una música que obviamente no será del gusto de las audiencias mayoritarias pero sí de todas aquellas personas que estén buscando experiencias hipnóticas cercanas al misticismo y a la exploración de realidades interiores poco frecuentadas.

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