Oscuridad, soledad, aislamiento, brumas, niebla, lluvia, frío, viento, densos e inhóspitos bosques, la violencia de la naturaleza, ritos ocultos, aquelarres degenerados, danzas paganas en la profundidad de la noche, estas son las imágenes que el dúo conjura a través de su música, una música que, en sus propias palabras, “trata de la cara oculta de la naturaleza, de los deseos y fantasías más macabras, temas que el público medio rechaza debido al temor o a la ignorancia”. El arte de Aghast invoca sombrías e insondables imágenes en nuestro subconsciente más profundo, removiendo los cimientos de nuestra arquitectura mental para sacar a la luz sensaciones y visiones aletargadas por el vacío en el que nos vamos hundiendo generación tras generación.
En este disco no hay “canciones”: lo que encontramos son composiciones de carácter ambiental y atmosférico cercanas al dark ambient más tenebroso y espectral pero también ecos de la música ritual y cantos relacionados con plegarias e invocaciones paganas.
Los temas son de carácter claramente minimalista: las sencillas estructuras se repiten insistentemente, con paciencia y sabiduría, acolchadas a base de teclados glaciales, neblinosos y difuminados, sonidos envolventes que flotan en atmósferas narcóticas de eco y delay, fantasmagóricas apariciones de un violín disonante y alguna incursión en las percusiones de carácter ritual.
El sonido es absolutamente lo-fi, sucio, granítico y cavernícola, dando así un aire arcáico y primitivo que aumenta la autenticidad del disco.
Nebelhexe y Nachthexe usan diversos tipos de registros vocales en cada composición: susurros inquietantes, gritos desgarradores, plegarias inductoras al trance, rezos histéricos, de acuerdo con lo que cada canción exige, ya que todas ellas son distintas y su atmósfera peculiar requiere una interpretación vocal apropiada para así lograr el máximo efecto. Esta es una de las particularidades de este disco: cada pieza es diferente a las otras, crea una atmósfera única y responde a necesidades emocionales específicas, siempre dentro de la oscuridad que las caracteriza. A pesar de esta heterogeneidad, el disco suena como un todo perfectamente integrado, un viaje de macabra y perturbadora belleza, una pesadilla obsesiva y terminal.
Lo último que se oye en el disco es un amenazante aviso: “This is just the beginning”, esto es sólo el comienzo... El aviso quedó ahí, ya que hasta ahora el dúo no ha vuelto a sacar discos, pero esperaremos con impaciencia hasta que su amenaza se vuelva una realidad y su maldición vuelva a extenderse por el mundo.
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