jueves, 1 de julio de 2010
THE SOFT MACHINE "S/T" (1968)
Reseña escrita por Blackdecker
No hay que darle demasiadas vueltas a la máquina para entender. Escucharlo y ver cómo su nutritivo contenido ha dado de comer a las nuevas generaciones. Ahí tenemos a Flaming Lips, tirando de veta. O a ese moderno de Ariel Pink. Ellos, por eso, cargando con el 68, con los Pink Floyd y los Crimson flanqueándolos, jugaron a ser bellos y ágiles, a saltar de flor en flor como resulta este su primer disco. A jugar a organistas de catedral, a baterías jazzero, a imaginar territorios amigos para la concurrencia. A dárselas de progresistas antes de su definitivo tercero. Antes de coronar su carrera, tuvieron tiempo para pasar por niños de guardería con su inocencia musical entre Barrett y Lake, para firmar uno de esos discos en los que no sobra ni falta nada. En el que comienzas con una sonrisa fumada y acabas viendo arco iris en tu cabeza. Cuando Wyatt tenía piernas y no pensaba en saltar por la ventana, cuando Ayers aún respondía al final de los conciertos, cuando Ratledge nos embrujaba con sus órganos planeadores. Cogidos de la mano saludaban al acabar el concierto. Qué grande disco! No hay nada como ser niño y creer que Peter Pan vendrá a salvarte.
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