viernes, 3 de septiembre de 2010
UPSIDEDOWN CROSS
Upsidedown Cross fueron algo así como una anomalía en el terreno del sludge norteamericano, un cortocircuito en el panorama doom de los 90, un coma etílico en el mundo del underground. Formados en Boston por gente que militó en grupos pioneros del sludge-punk como Kilslug y en proyectos tan irreverentes como Anal Cunt, tan sólo grabaron un par de discos a mediados de los 90 y pasaron más que desapercibidos.
Liderados por el inquietante Larry Lifeless (el Carlos Jesús de Boston), un tipo que se dedica a cantar sus diatribas mongoloides contra todo tipo de religión (empezando por el cristianismo y terminando por la magia negra y el satanismo), con unas letras de una cutrez para descojonarse y que te hacen pensar que o bien el tío va absolutamente ciego, o bien es subnormal o quizás nos está tomando el pelo a todos. Yo personalmente me decanto por esta última opción: con sus letras super-colgadas y su vocalización entre viciosa y mongola (como si Monchito recitase una invocación en una misa negra) está ridiculizando a todos los grupos que se toman tan en serio a ellos mismos que se convierten en su propia parodia, en su propio chiste.
Así pues Upside down Cross tenían muchas ganas de cachondeo y de reirse hasta de su propia sombra (sólo hay que verlos en fotos o videos, en algunas ocasiones maquillados con corpse-paint, igual que los grupos de black metal escandinavos) algo poco habitual en géneros como el sludge, donde los grupos suelen mostrar una imagen bastante más seria y atormentada.
A nivel musical eran músicos más bien limitados pero sacando partido a sus instrumentos de manera simple y efectiva: riffs lentos, calientes y aceitosos, mamando pero bien de los primeros Sabbath, de los Melvins, de Pentagram, y emparentados genéticamente con los primeros grupos sludge americanos (léase Eyehategod, Grief, etc.), pero con un sentido del humor absolutamente desquiciado y salido, herencia de los Butthole Surfers más ácidos y yonkis. Las canciones de Upsidedown Cross son más bien sencillas: un par de riffs por canción y punto, riffs oscuros, sucios y empapados en cloroformo, en plan sludge / southern rock / doom metal para retrasados mentales, rollo lento y asfixiante, distorsión y ruido a saco, todo muy psicótico y enfermizo, oliendo a droga y sustancias varias de manera considerable (diría que veo humo saliendo de los altavoces!!!) y todo ello con mucho, muchísimo groove y con ritmos pegadizos que desembocan muchas veces en puras jams ácidas y psicodélicas pero a cámara lenta y en reverse. Eso sí, repetición a más no poder, o sea que si lo que buscas es variedad y cambios de ritmo mejor que pases de estos y te vayas a escuchar a Ruins.
Así pues, queridas lectoras, aléjense de las drogas, de lo contrario pueden terminar ustedes igual que estos tipos de Upsidedown Cross, o como los redactores de La Fam, que no sé qué es peor.
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