jueves, 17 de marzo de 2011
YEN POX
El dúo norteamericano Yen Pox son uno de esos clásicos prácticamente desconocidos de la escena dark ambient de los 90. En su época se les llegó a comparar con gente como Lustmord, Robert Rich, Thomas Köner y Lull, aunque por diversas circunstancias nunca llegaron a tener la repercusión que tuvieron los mencionados artistas. A pesar de eso, sus escasas grabaciones se convirtieron en objeto de culto.
Sus primeras grabaciones, como el cassette “Yen Pox” de 1993, combinaban los sonidos más oscuros de corte ambiental con elementos ruidistas e industriales, desde una perspectiva casi mística y ritual.
El dúo pulió y refinó su sonido para su obra maestra “Blood music” de 1995, simplificando su propuesta y dejando de lado los elementos ruidistas para centrarse en un dark ambient minimalista, denso y absorbente, creando paisajes húmedos, cavernosos, desolados y oscuros, donde las texturas fluyen libremente sin elementos ni melodías que perturben la escucha.
Sus atmosféricas composiciones se mueven lentamente a través de drones, masas y nebulosas sonoras que conectan con los albores de la humanidad y con los límites del universo, con gélidos vientos estelares, planetas en lenta rotación sobre su eje o mareas subiendo incesantemente.
A pesar del enfoque tan minimalista (una escucha superficial puede dar la impresión de que nada sucede) muchas cosas laten en el fondo de estas composiciones para el viajero experto: sonidos misteriosos de origen desconocido que evolucionan y se metamorfosean majestuosamente, formas que se mueven sinuosamente, capas de sonidos y colores que se unen, entrelazándose y separándose con gran belleza.
La música de Yen Pox tiene un carácter claramente introspectivo: sus oleadas de oscuridad y vibraciones subterráneas afectan a determinadas partes de nuestra conciencia y nuestro aparato receptor, ralentizando las pulsaciones y sumergiéndonos en una dimensión extraterrenal, guiándonos en un auténtico viaje hacia nuestro interior más oculto, hacia zonas desconocidas y prohibidas de nuestro ser.
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