viernes, 17 de febrero de 2012

SCORN "Vae Solis" (1992)


“Vae Solis” (1992) fue el primer trabajo de Scorn, un disco fundamental en la música industrial de los 90 y que a pesar de contar con sus ya 20 años de existencia ha pasado la prueba del tiempo de manera excepcional, ya que sigue siendo un álbum intenso y desasosegante después de tantos años y tantas escuchas.

Scorn nació como dúo, formado por dos ilustres miembros de la escena ruidista inglesa como eran Mick Harris (batería, samplers, secuenciadores y demás maquinaria) y Nik Bullen (bajo y voz), ambos ex-miembros de los legendarios Napalm Death. Harris y Bullen decidieron abandonar la escena del grindcore en busca de sonidos todavía más extremos e impactantes, pero en vez de recurrir a la velocidad y a la saturación como en Napalm Death, optaron por un sonido más lento y asfixiante, construyendo piezas disonantes de chatarra industrial y residuos sonoros tóxicos.

Scorn funcionó como dúo hasta 1994, editando obras maestras como “Colossus” (1993) y “Evanescence” (1994), demostrando una pasión por la experimentación y un ansia de explorar terrenos pantanosos realmente excitante, combinando elementos de la música industrial, ambient, noise, dub y atmósferas hipnóticas. En 1994 Nik Bullen abandonó el grupo así que Mick Harris siguió como Scorn en solitario, decantándose hacia un sonido instrumental más parco y profundizando en el dub y el isolationism, grabando discos muy interesantes aunque en un registro bastante distinto del de su primera época.

Pero volviendo al disco del que estamos hablando, la mayoría de canciones de “Vae Solis” se basan en lentas estructuras repetitivas de batería y bajo, atmósferas densas y opresivas, moviéndose sin problemas entre el sonido industrial clásico y los ecos de P.I.L., Killing Joke y Swans. Las composiciones tienen un sonido brutal, sucio, caótico e imprevisible, que igual suenan en plan cadena de montaje ultra-machacante que igual optan por los sonidos más ambient o incluso tribales. Ritmos tortuosos, mecánicos, maquinales (a veces batería, a veces caja de ritmos y a veces las dos cosas), y sobre esa estructura sonora se van añadiendo samplers y atmósferas claustrofóbicas de distinto origen así como distorsionadas texturas de guitarra eléctrica que oscurecen todavía más la sonoridad del grupo. “Vae Solis” contó con la participación de Justin Broadrick (de los todopoderosos Godflesh) en las guitarras, lo que le añade al disco una dimensión sonora extra ya que el trabajo de Broadrick es espectacular, no está tan centrado en los riffs brutales como es el caso de Godflesh sino que aparece más en un segundo plano, con un sonido disonante y psicodélico que aporta profundidad y densidad a los temas.

Obviamente este tipo de industrial no es del estilo fácil y asequible como el que practican otros grupos más cercanos al metal, sino que Scorn seguía una estética sombría y apocalíptica, girando alrededor de pesadillas, miedos y obsesiones, tanto en las letras como en las ilustraciones de los discos, algo que acompaña perfectamente al sonido tan oscuro, tenso e inquietante que va penetrando en nuestro subconsciente con cada sucesiva escucha.
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