Con tan sólo un disco (“Scythe
and Dead Horse” en 2010) y un EP (“Mountain Witch” en 2011), el
trío alemán Mountain Witch se ha convertido en un
nombre del que se habla con admiración en la escena stoner /
doom más underground. Su propuesta se basa en recoger la
herencia retro de Black Sabbath y Electric Wizard e interpretar hasta
la saciedad riffs ultra-saturados y lisérgicos rebosantes de
grasa y humo. Batería cavernícola, guitarra
obscenamente sucia y distorsionada y voces ocasionales llegadas de
otra dimensión. Su apuesta por los instrumentos vintage y el
sonido más setentero queda patente en sus dos discos, cuyo
sonido analógico, pantanoso y electrificado recuerda al primer
disco de Black Sabbath, al primero de Blue Cheer, a Randy Holden, a
May Blitz y a los grandes grupos del hard rock más bestia de
los 70. Los riffs combinan la lentitud cálida y asfixiante con
algún que otro medio tiempo Sabbathiano, siempre con la aguja
en el rojo, el volúmen al máximo y aderezado con algo
de psicodelia aquí y allá. Lento, sucio y caliente,
como tiene que ser, a la búsqueda del riff y el sonido que nos
haga olvidarnos de todo lo que nos rodea, nos haga perder la
conciencia momentáneamente y nos sacuda la columna vertebral
como un electroshock durante unos minutos. En tiempos como los que
corren, música como esta es más que necesaria.
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