lunes, 6 de abril de 2009

Colour Haze: "All" (2008)



“All”, publicado en 2008, es el último álbum del “power trio” alemán Colour Haze, un grupo que desde 1994 ha venido editando una serie de obras fascinantes que los han convertido en una formación de culto en la escena stoner europea. Su particular y excitante sonido combina el fuego y la electricidad de grupos clásicos de finales de los 60 como Jimi Hendrix Experience, MC5 o Blue Cheer así como la potencia y garra de los primeros grupos de hard rock/proto-heavy metal como Black Sabbath, Buffalo, Mountain, May Blitz o Sir Lord Baltimore y por supuesto el sonido de grupos más cercanos en el tiempo, especialmente Kyuss, Monster Magnet y Sleep. No conviene olvidar, como teutones que son, la influencia del krautrock y del hard-psych, géneros que tuvieron gran repercusión en Alemania en los 60 y 70 y que Colour Haze también recogen en sus discos.
Un sonido de una pureza indómita y una fuerza arrolladora, riffs ácidos y envolventes, estructuras fluídas y psicodélicas, distorsión y fuzz a raudales y una compenetración espectacular entre sus tres miembros que hace que los temas suenen naturales, vivos, espontáneos, con un grupo que toca muy suelto, engrasado y con muchísimo gusto, todo ello envuelto en una atmósfera setentera, fumeta, lisérgica, orgánica, cálida y acogedora.

Siempre en busca del riff perfecto, de ese que nos hace echar las órbitas de los ojos hacia atrás y que hace sonar un “click” en nuestro cerebro y nos lo deja en blanco, ese riff que libera sensaciones de nuestro subconsciente más profundo y nos ayuda a viajar hacia lugares insospechados. Droga pura, sin adulterar, material que expande la mente, que nos hace volar y sentirnos libres, riffs que llenan la habitación de sugerentes perfumes, llamativas imágenes y neblina de colores.

Además del gusto por los riffs monolíticos y densos el grupo también tiene un ramalazo progresivo muy interesante, con tendencia a crear pasajes elaborados, dejándose llevar por inflexiones jazzísticas y alternando pasajes tranquilos y relajados con clímax electrizantes absolutamente gloriosos. Eso sí, el grupo nunca cae en la auto-indulgencia tan habitual del rock progresivo (es decir, largos y aburridísimos solos) sino que muestran madurez y saber estar, manteniendo el interés y la intensidad a lo largo de los pasajes más complejos. Los temas más extensos (caso de “Lights”, “All” o “Fall”) dan pie a los riffs más elaborados y expansivos, donde el grupo se toma su tiempo para realizar vertiginosas escaladas al cielo y culminar en explosiones de distorsión y electricidad mientras que por otro lado los temas más cortos (“Moon”, “If”) trabajan la intensidad concentrada a través de riffs directos, urgentes e incendiarios.

Colour Haze también incorporan a su propuesta algunas pinceladas de órgano, sítar y guitarras acústicas, añadiendo así variedad a su propuesta en este álbum que, sin ofrecer nada nuevo respecto a los anteriores, es quizás el más completo y equilibrado de su carrera.
En un género como el stoner rock, tan derivativo y en el que es tan difícil ofrecer algo nuevo y excitante (básicamente todo se inventó hace más de 40 años), Colour Haze se presentan como una de las propuestas más satisfactorias y relevantes del panorama europeo actual.

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