Tras más de 20 años de trayectoria y una fascinante y difícil discografía, El Desvän del Macho regresan en 2013 con su cuarto álbum, titulado "Simplicis'", tras diversos cambios en la formación y una temporada en la clandestinidad. Su fascinante sonido, oscuro y peligroso como pocos, les ha convertido en un grupo de culto en la escena nacional más underground. Su miembro fundador, J.G. Izkue, aceptó contestar las preguntas de La Fam. Desde aquí le expresamos nuestro más sincero agradecimiento.
Fotografías: Aitor Zubia-Zubiki
PROFETAS DE LA NUEVA CARNE
“Simplicis'” es un
extraordinario retorno, diría que es uno de vuestros mejores
trabajos. Al sentir la intensidad que transmiten vuestros nuevos
temas nadie creería que lleváis más de 20 años
tocando. ¿Cómo os sentís respecto a vuestro
nuevo disco?
Estamos
muy satisfechos con la grabación, el sonido y sobre todo con
la composición. Viéndolo con perspectiva, podríamos
decir, que hemos acertado en las intenciones originales. Todas las
personas que han intervenido en el disco han hecho que fuera cómodo
el trabajo en esta nueva catarsis.
“Simplicis'” suena más
directo, crudo y potente que vuestro anterior disco “Vida a partir
del huevo”. ¿Ha sido casualidad o ha sido una decisión
premeditada?
No
existen las casualidades. No entiendo ningún trabajo o
proyecto que no exija dosis, a partes iguales, de meditación,
intenciones y funcionalidad en el caso de la producción. Para
“simplicis´” hemos prescindido de samples y sonidos
pregrabados. Los arreglos en la composición se integran en los
acordes de la guitarra y en fraseos de bajo, en muchas partes
sincopados. Todo esto ha condicionado el sonido y efectivamente ha
quedado crudo y áspero, con una saturación en previos y
mesa de mezclas que remarca la producción y añade
ruido.
El desvän del macho habéis
conseguido un sonido absolutamente propio e intransferible que hace
que no se os pueda comparar con ningún otro grupo en España.
¿Hasta qué punto es importante la disonancia en ese
sonido? ¿Y la melodía?
La
disonancia es importante en la banda. Las posibilidades de
composición con este elemento y otros, como los armónicos
disonantes, sonidos percutivos, aumentan las posibilidades
compositivas. Esta es una de las variables con las que trabajamos.
Otra es la melodía (voz), en muchos casos estas voces acaban
siendo solos de bajo (fraseo), habituales en nuestras canciones.
Siempre la melodía de voz ha estado al servicio del resto de
instrumentos.
Las letras son uno de los aspectos
más fascinantes de vuestra obra. Los textos son tremendamente
herméticos, oscuros y de difícil interpretación,
pero sugerentes e impactantes al mismo tiempo. ¿Cuales son
vuestras fuentes de inspiración?
Inevitablemente
la actualidad (política) y experiencia personal se ve
reflejado en lo que escribo, aunque siempre trato de encriptar las
letras con una estética que no la haga tan explícita.
Es una forma de ocultación, ya que la escritura siempre me ha
parecido un ejercicio impúdico poco soportable. Estoy seguro
que la lectura de Allen Ginsberg, Panero, José Kocer, Clayton
Eshleman, Lorca, Riaza… ha influido, siguen haciéndolo, en
lo que escribo. Desde hace años escribo sin tener en cuenta la
métrica necesaria para las melodías de voz. Me permite
encajar y adaptar solo lo que necesita la canción. Siempre en
los créditos de los discos incluyo las letras originales.
El genial dramaturgo madrileño
Luís Riaza escribió una obra llamada “El desván
de los machos y el sótano de las hembras”. En vuestro primer
album también incluísteis un tema (“Digital”) con
un texto suyo. ¿A qué se debió esta elección?
La
creación es una forma de reivindicación; la propia, la
de artistas que te han influenciado y otras personas con las que
compartes, o no, ideas. Luis Riaza ha sido inspiración para el
“desvän” con su teatro brutal y su manera de ver la cultura
y la política. “Digital” fue un homenaje, recitamos parte
de su “anticurriculum vitae”.
Vuestra trayectoria y vuestra
discografía os ha convertido en una especie de “rara avis”
en la escena del rock nacional. ¿Habéis sentido alguna
vez el vértigo de la soledad?
Constantemente.
Ha influido el lugar donde vivimos, el difícil encaje con
otras bandas (sobre todo para los directos), la opinión que
tenemos sobre la industria de la música y las bandas
subvencionadas, y sobre todo por nuestro ritmo de trabajo, que ha
hecho que nuestros discos y conciertos sean intermitentes en largos
plazos de tiempo. Todo esto crea falta de ubicación.
La escena musical del País
Vasco siempre ha sido rica en artistas arriesgados e innovadores
(Dut, Gutariko Bat, Akauzazte, Tzesne, Lisabö, Cancer Moon,
Mikel Laboa...) ¿Con quién os habéis sentido más
cercanos a lo largo de vuestra trayectoria?
Con
todas ellas en la estética musical, en cuanto al estilo somos
muy diferentes. Todos tienen buenas aportaciones. Añadiría
a la lista a Jupiter Jon, Layo Raser, Borrokan…
¿Qué queda en 2013 de
aquellos Desvän del macho que debutaron en 1992 con “Hermana
violencia”?
Queda
la honestidad con la que empezamos y seguimos buscando dignidad en lo
que exponemos. Mi hermano Francisco y Vicente dejaron la banda en el
2008, después de grabar “Vida a partir del huevo”, sin
estridencias. Jonás y Manex son el complemento perfecto para
las nuevas composiciones. Seguimos aceptando con naturalidad los
nuevos tiempos, valorando tecnología y desarrollos musicales,
de los que nos nutrimos por adaptación. El desvän del
Macho como identidad ha cambiado poco. Estilísticamente
también seguimos con la constante de que cada trabajo sea
diferente.